Otra vez la cita del año, la Marato i mitja de
Castellon Penyagolosa, 63Km por montaña con 4.900m de desnivel acumulado. Venía con muchas expectativas, el año pasado sufrí mucho
desde los inicios de la carrera pero este año estaba convencido que no iba a
ser así.
Salimos el viernes por la mañana camino de Castellón,
4 amigos/familiares con una meta diferente cada uno pero con la misma ilusión.
Tras 3h de viaje por autopista donde hubo tiempo para poder hacer un buen
desayuno, llegamos a la casa aproximadamente a la hora de la comida. Dejamos
nuestros bártulos y nos fuimos a reunirnos con el resto del grupo en una pizzería
de la ciudad. El reencuentro siempre es bonito, nos pasamos meses hablando por
whatsapp y cuando vuelves a verte en persona es emotivo.
Nos pusimos hasta arriba de comida para llenar los
depósitos de glucógeno o simplemente porque nos apetecía comer sin límite… Tras
comentar las estrategias, hacer bromas, comprobar el estado nervioso de algun@
y planificar la mañana siguiente nos fuimos a hacer una merecida siesta, la
noche se preveía corta.
Por la tarde nos fuimos a la feria del corredor a
recoger dorsales y obsequios de la organización. Como siempre la plaza estaba
abarrotá, llena de gente con ilusión y con nervios. Todos lucíamos nuestras
zapatillas y relojes como para obtener un status delante del resto e
identificarnos. Es inevitable fijarse en las zapatillas de uno, en el reloj de
otro, etc… así se hacen cábalas de cuanto corre ese, cuanto corre aquella, es
parte de la carrera también.
Tras recoger todo, nos colamos en el pasillo de la
élite sin darnos prácticamente cuenta, pero ya nos quedamos allí y aprovechamos
para hacernos fotos con todos los que pudimos. No soy muy fanático pero me
gustó poder tener un recuerdo con los corredores de élite de la carrera.
Miguel Caballero @82mico podium CSP14 y Remigio Queral, ganador varios años de MIM y CSP
Zaid Ait Malek, @zaidaitmalek dispuesto a batir el record de la MIM
Como anécdota, nos encontramos a un hombre de pelo
cano, unos setenta y pico años y con zapatillas
de montaña. Sin pensar mucho más y atendiendo a que estábamos en el pasillo de
la élite y en Castellón, lo identificamos como SUPERPACO (también se llamaba PACO). Una celebridad,
historia viva de una superación y de un ejemplo. Un caso único digno de
admirar, así que no fuimos hacia él y le pedimos hacer una foto. El hombre se
extrañó mucho pero amablemente accedió, no sin repetirnos si es que estábamos
de cachondeo o que. Nosotros, ingenuos, le dijimos que lo admirábamos que era
una leyenda y que lo respetábamos mucho. La cara de asombro no cambio en ningún
momento… Acabamos las fotos con él y seguimos a lo nuestro con el resto de la
élite. Tras un buen rato y ante las dudas que generó pudimos ver que él no era
SUPERPACO, sino el padre de un corredor de élite de Navarra que estaba
acompañándole. Fuimos a verle de nuevo, nos disculpamos y todos nos reímos un
rato, incluso él.
Nos fuimos a cenar a casa de David y Rosalina,
como siempre nos ofrecen la mesa de su casa para hacer la última reunión antes
de la carrera. Engullimos copiosamente pasta y carne y nos fuimos a dormir, aún
quedaban muchas cosas que preparar y la noche iba avanzando. Llegamos a casa,
preparamos la ropa, comida, geles, agua, etc... Madre mía cuantas cosas se
tienen que preparar de cara a una
carrera larga! Y sobre las 12:00 a dormir. Iba a ser una noche muy corta,
prácticamente no dormimos entre unas cosas y otras. A las 4:00 todos arriba y a
desayunar, vestirse, crema solar, antifricción, etc… no podíamos entretenernos
tampoco mucho porque a las 5:00 queríamos estar ya en la salida.
Puntuales como un clavo, pasamos el control de
dorsal y entramos en la zona de la salida. Los nervios se ven en la cara de la
gente, todo el mundo está atento a lo que hacen el resto y sobrellevan los
60min que faltan de una manera u otra. Nosotros como siempre, hablando con
unos, hablando con otros, yendo y viniendo hasta que llegue la hora. Nos
colocamos en la salida, faltan 5min. para el gran momento…
To be continued...
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