Por fin llegó la
cita que había estado esperando todo el año, la gran cita de la “Marató i Mitja
de Penyagolosa”. Nos enfrentábamos a 63Km’s de recorrido por montañas
pedregosas desde la Universidad Jaume I de Castellón hasta el santuario de San
Joan de Penyagolosa, cerca de la frontera con Teruel. Un recorrido duro,
exigente, con 3.000m de desnivel positivo y todo hacía presagiar que un día de
calor intenso.
Como siempre no
pudimos bajar mucho antes para poder descansar del viaje y llegamos a Castellón
a las 18.00h aprox del viernes. Nos reunimos todo el grupo y fuimos a recoger
los dorsales, chips, etc… Este año como novedad te daban una pulsera que tenías
que llevar en la carrera. Era una pulsera de tela que te podías poner pero
estaba diseñada para que no te la pudieras quitar sin romperla. Con esto
pretendían que la gente no corriera sin dorsal y encima cogieran de los
avituallamientos. Aun me parece increíble que la gente tenga tanto morro como
para colarse así.
Llegamos a la
universidad a las 5 de la mañana, ya había ambiente en la salida. Este año mi
mujer se quedó durmiendo porque vendría a verme al km33 directamente, el día se
hace largo para los que nos siguen, así que porque alargarlo más. Me puse en la
recta de salida, no había nadie todavía,
necesitaba un poco de concentración para pensar lo que venía a continuación.
Última visita a los baños y ya estábamos a 10min de salir. Todos en sus
posiciones, el grupo prácticamente entero en posiciones avanzadas (quizás
demasiado) y puntual como un reloj empezamos la cuenta atrás…pulsaciones
subiendo…5, 4, 3, 2, 1, ... GOOO!
Nada más empezar
perdí al grupo, los pros David, Moreno y Robert
se fueron para adelante y el resto quedó detrás de mí. Yo fui trotando,
llevado por la multitud y rodábamos quizás un poco rápido, sobre 4:45min/km
aprox. Me encontraba cómodo y seguía el ritmo. En el Km5 di caza a David, lo
cual me extrañó y pensé que tenía que bajar el ritmo. Él iba a hacer sub8h y yo
pretendía sub10h así que baje el ritmo y me adecue un poco más despacio.
Fueron pasando los
Km’s, todo este recorrido lo conocía del año pasado. Me gustaba el ritmo que
iba llevando no iba rápido pero tampoco lento, podía dar más pero quería
guardar. Llegando a Useres, km33, me alcanzó Peter de mi grupo y fuimos juntos
hasta llegar al punto central. Ahí ya me noté que me dolía el puente del pie
derecho, al correr me daba un pinchazo bastante fuerte. En Useres me encontré
con mi mujer, Rosalina, Víctor y a todo el pueblo. Subí junto a ella los metros
finales hasta el avituallamiento y empecé la pequeña pausa antes de seguir.
Esto fue como en un
box de la F-1, cambio de zapatillas y calcetines, me saqué las Salomon que eran
más adecuadas para el primer tramo y me puse las Asics porque eran más blandas
y no pretendía correr mucho en la segunda parte de la carrera, venían las
cuestas más duras. No pude comer lo que había traído así que comí poco pero
algo cayó al buche. Me preguntó mi mujer que como estaba, que solo podía elegir
ir a Chodos (km53) o a meta, a los 2 sitios no podía llegar a tiempo. Le dije
que directa a meta, que estaba cansado pero bien, que llegaría.
Salí de Useres
acompañado por David López que me había cogido en el avituallamiento pero le
dije que tirara, que yo iba a otro ritmo más lento. Aunque no tiene nombre, la
salida de Useres es durísima. Una cuesta arriba de varios km’s, sin sombra y
sin descanso. Fui subiendo poco a poco y notaba como las fuerzas me
abandonaban. Llevo muy mal el calor, me roba la energía de manera brutal, pero tenía
que seguir. Al final llegué arriba y
empezamos a bajar, justo en la bajada había un pequeño avituallamiento de agua
solo. Que gran acierto de la organización, después de cada cuesta arriba ponían
un avituallamiento de agua, eso te salva la vida. Bajar fue un suplicio, me dolía
mucho el pie y la rodilla derecha. El terreno era muy pedregoso y costaba
bajar, así que andando a ritmo alegre y seguimos…
Llegué a St.Miquel
de Torrocelles muy cansado, Km43. Me faltaban fuerzas y aun me quedaba lo más
divertido del recorrido, la Lloma Bernat y el Marinet. Dos pedazos de subidas,
las más duras del recorrido y yo ya estaba casi KO. Me refresque, comí fruta y
verdura que había en el avituallamiento y a seguir…
La subida a la
Lloma es lo más difícil físicamente que he hecho nunca, calor intensa,
45km’s las espaldas, ni una sombra y una
pendiente muy potente. Me tenía que ir parando cada x metros porque no podía
subir, las piernas no me iban… en una de esas paradas me di cuenta de un hecho
muy importante. Hacía calor, estaba al
sol y tenía la piel de gallina…!! Yo pienso que era un principio de golpe
de calor, ya había leído sobre los síntomas y había visto gente por el camino
que los estaba teniendo. Me senté en una piedra, bebí mucha agua, tomé un gel y me tomé un minuto de descanso. Era
importante no menospreciar lo que pasaba, era algo serio. Ya medio recuperado
seguí adelante.
Tras la sensación
más dura que he tenido nunca tuve una muy especial. Fue pasar de estar agotado
físicamente a recuperar fuerzas y poder andar a un ritmo elevado, con sensación
de fuerza. Me contuve en trotar porque aún me quedaban muchos Km’s pero me
encanto el recuperar la potencia de las piernas de nuevo. He de decir que duro
unos pocos km’s luego todo volvió a la normalidad.
Llego a Chodos, una
ciudad en lo alto de un peñasco. Cuando llevas 52km’s prefieres habértela
encontrado a ras de suelo, pero que le vamos a hacer… subimos a la ciudad como
pudimos y a comer un poco. Tomates, naranjas, plátanos y agua, mucha agua. Le
pedí a un voluntario que me duchara entero y asi lo hizo, que fresquito más
bueno… Me paré en una ambulancia para pedir réflex pero no tenían, me pusieron
Voltaren en la rodilla y a los últimos 10km’s. El marinet es como la lloma pero
está cubierta de bosque. El calor no penetra y eso se agradece. Como negativo
decir que llega 10km’s después de la lloma por lo que las fuerzas son más
justas.
Los metros fueron
pasando, subiendo paso a paso. Sentándome donde mi cuerpo pedía un respiro y
volviendo a retomar la subida a los pocos segundos. El mantra en la cabeza era
pensar que cada vez eran menos km’s a la meta. Ya estábamos descontando
directamente, 8km’s, 7km’s… poco a poco. Ya por fin llegue a los últimos 3km’s,
todos de bajada. Por fin llegaba a meta, por fin se acababa luchar contra los
calambres en las piernas, el agotamiento físico y psicológico, ya estaba allí,
seria FINISHER!
A poco menos de
2km’s me alcanzó mi cuñado Luis y él no se dio ni cuenta pero le pegué un grito
y ya seguimos juntos hasta el final lo poco que nos quedaba. Entraríamos juntos
en la meta… cuando faltaban 500m me encontré en medio del bosque a mi mujer. Me
estaba esperando porque ya estaba nerviosa de tantas horas sin saber de mí (en
meta no hay cobertura de móvil). Ella se alegró mucho y bajo trotando delante
nuestro para poder hacernos la foto al llegar.
Tomamos la última
curva y entramos en la alfombra roja… el speaker dijo nuestros nombres y
entramos juntos en meta. Paramos el crono en 11h 17min, posición 956 de la
general. Orgulloso de haber luchado contra mí mismo y haber vencido a las ganas
de quedarme en cualquier sitio con tal de no seguir. Estas carreras te hacen más
fuerte mentalmente, te ayudan a que te conozcas más, mucho más. Ganas de
abandonar te van a entrar seguro, pero la fortaleza consiste en seguir y cuando
llegas al final ves de lo que eras capaz y aun no lo sabias…
Se me quedan muchas cosas en el tintero, pero no quiero extenderme mas... jeje. Os animo a preparar una y hacerla, aunque solo sea una vez en la vida.